Yo sé que estoy cruzando (casi sin tanto alboroto) esa hilo entre la debilidad y la fortaleza que brinda la mente. Pero qué se puede hacer cuando el deseo de tenerte cerca mío crece como una epidemia...las ganas de estar con vos fluyen por mis venas y suben y bajan por todo mi cuerpo, (es tu piel la culpable, y el calor que me das cuando la siento). No lo niego, soy terca como una vieja, pero admito que ya no sólo sos algo que me agrada a la vista, simplemente tu persona y tu forma de ser conmigo le agrada a todo lo que ahora ves en mí.
Como un deseo a una estrella fugaz, pido a no sé bien cuál deidad que ésto perdure...y lo pido y lo pido y te pido, y ruego y no me canso de pensarte.
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Yo siento lo mismo por mi novio, pero el por mi, ya no...