Nuevo poema: Feriado nuevo



Feriado nuevo

Lo malo del invierno es su capacidad estrepitosa de oscurecer la tarde
que tan linda y fresca se hacía sentir.
Es como si la envidiara por su luminosidad y calidez
por su indómito cielo celeste
cargado de inmensidad.
Se va respirando la tarde con ese olor familiar a mates y bizcochos
se va
evanescente
y se desliza la oscuridad
agazapada.
Por un momento descubro que no es sólo viernes, es feriado.
Viernes significa derecho a alegrarse, feriado implica que hay permiso para ser feliz.
Por un momento me alegro, pero el invierno te recuerda
que la felicidad dura lo que tiene que durar.
Que no era para siempre la tranquilidad.
Que al fin de cuentas el invierno existe para extrañar la primavera
y que de vez en cuando nos es necesario ser conscientes
de su ausencia.
Una vez yo misma escribí que para los poemas no servía la alegría
que era sólo una manifestación,
una existencia que perecería.
Que sólo en los momentos tristes se escribía, para hablar sobre ella
que no estaba.
Que sólo en los días felices
se vivía.
Acaso eso es signo que hoy el invierno se acerca.

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