Unas palabras nada más

Uno quisiera mirar con fuerza la superficie plana del horizonte, y apreciar los colores,las formas, pero no hace más que ver una línea recta recta que lleva la mente a pensar en reversa. O en un futuro fantasma, uno de los posibles e imaginados que murieron antes de ser concretados. Todos tenemos historia. Hoy me di cuenta que desde hace casi un año vengo intentando enterrarlo en el fondo fondo fondo y oscuro pozo que tenemos para olvidar las cosas más terribles que no pasaron, y que jamás en nuestra dulce inocencia de gente con esperanza, nos pudimos imaginar. Estoy escribiendo con rabia. Yo sé que por algo todo pasa, ya lo sé, que nadie me venga a decir que hay que mirar hacia adelante y que todo lo que quedó atrás, ya no lo podemos volver a tener. Obvio. Lo muerto ya ha perecido. El amor no es inmortal, tal vez. Alguien tiene que morir, siempre. Pero nadie habla aquí de cuerpos descompuestos, de materia muerta, de no vida. Se puede morir abstractamente, enterrando poco a poco lo que fuimos, lo que fuimos construyendo día a día, para ser lo que somos hoy. En mi caso, me trato de olvidar el proceso por el que viví para amar las cosas como las amo. Digo las cosas, pero me refiero a las personas, hablo del corazón...qué más da...Digamos corazón, carajo. Una intenta hacerse la fuerte y va armándose de una coraza impenetrable, para que ningún gil vuelva a vernos desnudas en alma, otra vez. Es verdad. El corazón se entrega una única vez. Pero, yo también tengo historia, y no sé si tengo nostalgia o es simplemente que la realidad me choca y me cachetea para decirme, todos tienen historia...respetá el proceso que cada uno tuvo. Y yo, yo...acá, intentando desatarme de ese sentimiento que me hizo florecer lo mejor de mí. No te voy a negar nunca más. A nosotros, a nuestro mundo, tan nuestro, tan cálido y brillante. Con flores autóctonas que tenían olor a libros viejos, a bibliotecas infinitas. Jamás voy a negar a nuestras hijas, las palabras, que crecieron y se convirtieron en pseudo-poesías. Nos escribimos, nos imaginamos. Y con eso bastó.


Comentarios