Habían pasado muchos años desde el primer momento en que su alma estaba confundida por una inquietud. Ese amor había germinado en su mente y su corazón, como un extranjero sin nada más que perder, que su propia vida. Cada noche pensaba en las cosas simples de sus días, los amigos, la familia, el futuro incierto, las ganas de vivir...Y siempre terminaba con el mismo pensamiento: "qué sería si..."
Pero nadie le preguntó cuándo estaría preparada para enfrentar ese miedo.
Detrás de la puerta, todo lo que había planificado, se había disuelto en el tiempo de las cosas. Se preguntaba si acaso era su vida una farsa, o simplemente nada era hipotetizable. La vida era una caja de recuerdos y bolas de vidrio frágiles como los sentimientos.
Cuando se detuvo a pensar en todo lo que habían vivido entre los dos...una especie de herida genética le hacía arder la memoria. Todo lo que había construido se terminó convirtiendo en otra cosa, algo viejo y perecedero...como la mayoría de las cosas. Pero ese miedo que la acompañó desde que la infancia (alegre máscara que tiene la realidad), había mutado, y seguía a su lado. Como una cadena de hierro fantasmal, se había apoderado de su corazón, y ya no había más espacio que el presente y el imaginable. Pero cuando medía los sueños que había tenido unos años atrás y los que habían empezado a nacer en su alma, una felicidad que nacía desde el fondo de sus pensamientos, se apoderaba e invadía toda su vida. Nunca había creído tanto en los sueños posibles, como en este momento. Nunca se había sentido tan dichosa y niña como cuando estaba a su lado. Su boca, desde el comienzo, había afectado todo: desde allí salieron las primeras palabras, desde allí llegaron al beso...
Comentarios
Qué no mueran nunca los sueños!!!
Totalmente hermoso...
Te envío mi abrazo.
Dani..