Días de frío con cielo celeste

Estaba mirando el paisaje. Es lindo ver cómo el sol juega con los vacíos que dejan los cuerpos en el resto del espacio. Antes, cuando todavía no éramos, cuando la palabra estaba sola, desnuda en un futuro lejano, cuando el pensamiento era una promesa, una cosecha que había que esperar con paciencia, el sol, seguía dibujando formitas en el suelo. Quiero decir, que la tierra que hoy pisamos, nunca estuvo en soledad. El sol y las sombras siempre la cubrieron. Y el otoño siempre estuvo.
Hoy miraba el color dorado que reflejaban las hojas en la vereda. Es lindo mirar el paisaje cuando no hay nadie al rededor. Personalmente, considero que  el otoño es la mejor de las estaciones, porque es el preludio del invierno. Todo concluye allí, con el frío (palabra mayor). Pienso y recuerdo imágenes de tardes cargadas de sol y calor, pero con un frío sepulcral. Y aunque contradictorio, es posible. Amo los días de frío con el cielo celeste cargado de sol. Las tardes de otoño con mates y bizcochitos, una buena charla o música (de la mejor), le hace bien al alma. Me encanta el otoño. ¿Se nota? Me pone de buen humor. Pero...todavía le falta un poco de sol a este otoño. El frío, el frío que te hace buscar, inexorablemente, una cálida compañía, una mano caliente, un beso tibio. Eso es lo que me gusta del frío. La cercanía a la que induce. ¿Alguien sabe cuándo llega el frío este año? Estoy ansiosamente esperando su llegada. Quiero que la necesidad de calor, de mi calor, te llegue lo más rápido posible. Quiero que tengas la necesidad de buscarme, digo... para darte abrigo. Aunque más no sea, que una tarde de mates y palabras...

          Santa Fe 12 de Abril, 2011.