A manera de carta:
Nunca había pensado que todo iba a llegar a terminarse. No quedan más caramelos de gomitas en la bolsa, sólo la repetición de una canción que no me canso de escuchar. Pienso en lo que pensaba de vos. No me acuerdo fidedignamente, no lo consigo. Estás manipulado con la marca del tiempo y el lugar. La distancia te llevó a otra parte, donde mi corazón no te sigue (¿acaso podría?). Nunca pensé en que iba a lograr no quererte más, ni siquiera por error, por inercia. Mi corazón se tomó licencia de vos y tus cosas. Ya no podés ver mis ojos, es una pena, ellos te sabían mirar. Aunque tuvieras un antifaz.
Se perdió todo. Las cosas que te di, fueron suficientes en ese tiempo, ahora me quedé sin ganas de algo, mínimo de vos. Comprendí que todos tenemos que hacer nuestro propio camino, y creo haber llegado a esa conclusión no demasiado pronto. Te tenía que dejar ir. Te fuiste y no me preguntaste, pero mi corazón ya te había soltado la mano un tiempo antes. Cuando te aparecés en mis sueños, nada me conmueve. Ya sos sólo un retrato olvidado. No me acuerdo de llorar, sin querer, por vos. No soy ni estoy como antes, espero que estés feliz. Yo logré adaptarme a tu ausencia, pero tampoco extraño lo que fuimos, ya sos sólo parte de mi historia, y no de mis proyectos. Si fuiste parte de mi de destino, lograste tu objetivo: me marcaste, pero ya sos sólo una linda cicatriz.
Menos mal que nunca te dije para siempre. Si nos encontramos en las calles de alguna ciudad, espero poder recordarte. Al menos tengo que agradecerte la valentía que tuviste en seguirme e intentar marcarme. Llegaste a mí, y dejaste tu huella. Gracias y buena suerte con tu vida.
Comentarios
y Nati, pasaré por tu blog en cuanto tenga más tiempo ;). Saludos!
Un beso
E.